La pesca está en peligro. Ya no hay pargo rojo, esencial en nuestro imaginario del Caribe, en la Costa Atlántica de Colombia. No es un dato banal; es la triste realidad. Un pequeño ejemplo demostrativo de lo que hemos hecho a través de la sobre-explotación, la contaminación y las malas prácticas.

 

¿Qué pasa en el Pacífico, nuestro océano más esplendoroso?

 

El mero escasea, incluso, en los mares más poblados. Los camarones cada vez son más pequeños. El atún, otrora abundante en cantidad, comienza a convertirse en un lujo en las mesas de pocos comensales. La piangua ya no tiene la talla que solía tener, y su comercio excesivo de contrabando hacia el Ecuador tiene a la especie seriamente en peligro. Los pescadores se la rebuscan, luchan contra las largas jornadas con tormentosas mareas y expuestos a todo tipo de riesgos naturales. Y, lastimosamente, también humanos: no faltan los piratas, amigos de lo ajeno, que extorsionan, “vacunan” y se roban los motores de los botes a mano armada.

 

¡Se está acabando la pesca!

 

Los pescadores no se resignan. Salen a diario y luchan contra viento y marea porque es lo que saben hacer y es el gran oficio que heredaron de sus abuelos, bisabuelos y tatarabuelos… desde tiempos inmemorables. Además en el mar Pacífico no sólo hay mero, atún y pargo; la vida es pródiga y los ha bendecido con garzulejos, gualajos, machetajos, picudas, agujas, berrugates y cientos de maravillosas especies para el sustento y la gran gastronomía.

 

Lo mejor, ahora están organizados y saben que si pescan responsablemente tienen un futuro para ellos; y para sus hijos y nietos! De lo contrario mueren. Por eso en Buenaventura, Valle del Cauca, pescan sólo con ojos de malla de más de 2 centímetros, con lo cual evitan que los peses pequeños caigan en las redes y puedan reproducirse; y en Nuquí, Chocó, organizándose con las instituciones, han logrado eliminar del todo las redes de sus mares; pesca artesanal pura y hermosa, con línea de mano, donde la pelea es honorable y limpia en magníficas faenas.

 

Al otro lado de la vida, en las grandes ciudades; tras los fogones más respetados, los chefs entienden lo mismo: si consumen pesca responsable, si tratan los pescados con cariño, si tienen compromiso con los pescadores y si no sirven “pargos plateros”, ni meros con tallas infantiles, ni camarones en épocas de veda; el futuro es promisorio.

 

¡Y el negocio prospera!

 

Tanto para pescadores como comercializadores y restauranteros. Este es el espíritu de la “Red de Pesca Responsable” (www.pescaresponsable.co); un compromiso y una apuesta por el futuro de nuestro Pacífico. El lanzamiento de la iniciativa será el próximo jueves 12 de marzo en el restaurante Pica de Cali, a las 5:30 PM.

 

El evento asistirán, entre otros: Peter Doyle, director de Programa BIOREDD+ de USAID; Chris Abrams, oficial ambiental de USAID; Stephen Box, experto pesquero del Smithsonian Institute; José Manuel Díaz, director de Negocios Verdes del Ministerio de Medio Ambiente; Juan Manuel Díaz de la Fundación MARVIVA; y los chefs Felipe Arizabaleta (restaurantes Bruto, Bandido y Apache) y Alex Nessim (Restaurante Pica, Cali). El evento será moderado por Mauricio Silva Guzmán, importante crítico gastronómico.

 

Al cierre del evento, se realizará un concierto de "Camarón y los Celestes"; deslumbrante banda de Buenaventura cuyos integrantes se han ganado en repetidas ocasiones premios en el Festival Petronio Álvarez. Y vienen directamente desde La Plata, Bahía Málaga, pueblo pesquero por excelencia.