El tabaquismo se ha convertido en una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Este flagelo cobra la vida de alrededor de 6 millones de personas al año, de las cuales más de 5 millones son fumadores activos y más de 600.000 son fumadores pasivos expuestos al humo ajeno[3].
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco se evidencia con mayor frecuencia en países en vía de desarrollo, en los cuales viven cerca del 80 % de los millones de fumadores a nivel mundial.
Según los resultados del estudio "Radiografía del tabaquismo en Colombia", realizado en el 2013, por el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud – IETS, en Colombia, la carga de enfermedad atribuible al tabaquismo corresponde aproximadamente a 72 muertes por día y la expectativa de vida es 5 años menor que en personas no fumadoras[4].
En este mismo estudio se evidenció que aproximadamente se gastan cada año COP$ 4.23 billones, para tratar problemas de salud provocados por el tabaco y cerca del 16 % de la totalidad de las muertes en el país se atribuyen a esta práctica.
Enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), Accidente Cerebro-Vascular, neumonía y tabaquismo pasivo, son solo algunas de las enfermedades atribuibles al consumo de tabaco que más muertes ocasiona en Colombia.
Aproximadamente entre el 4 % y el 7 % de las personas pueden dejar de fumar en cualquier momento sin ayuda. Varios estudios han reportado que alrededor del 25 % de los fumadores que usan medicamentos pueden mantenerse sin fumar por más de 6 meses.
En comparación con el uso de terapias farmacológicas, la orientación y otros tipos de apoyo emocional pueden aumentar más las tasas de éxito.
También existe evidencia inicial que el combinar ciertos medicamentos podría funcionar mejor que usar uno solo, además las terapias de conducta y de apoyo podrían mejorar la reducción en el consumo de tabaco[5].
El tratamiento formal duplica la probabilidad de éxito para abandonar el consumo de tabaco, sin embargo pocos pacientes buscan ayuda y a su vez pocos médicos ofrecen tratamiento o alternativas para lograrlo.
Para llegar a una evaluación clínica integral es necesario verificar[6]:
1. Historia de consumo
2. Intensidad de consumo actual
3. Intentos previos de abandono
4. Evaluación psicosocial
5. Antecedentes patológicos
Tratamientos para dejar de fumar
Existen muchas alternativas para la cesación del tabaco: terapias farmacológicas, acupuntura, terapias magnéticas, prácticas de mente-cuerpo, pastillas, cigarrillos electrónicos, entre otras.
Sin embargo, es fundamental que la persona recuerde que la adicción al tabaco es tanto física como mental. Y para la mayoría de personas fumadoras, la mejor manera de abandonar esta práctica puede ser la combinación de medicina, un método para cambiar los hábitos personales y apoyo emocional[7].
[1]-2 http//www.who.int/mediacentre/factsheets/fs339/es/
[3] http//www.who.int/mediacentre/factsheets/fs339/es/
[4]https//issuu.com/jon_snow/docs/tabaquismodig
[5] http//www.cancer.org/acs/groups/cid/documents/webcontent/002970-pdf.pdf
[6] Díaz-Maroto JL et al. Recomendaciones de buena práctica clínica en tabaquismo. SEMERGEN. 2009
[7] http//www.cancer.org/acs/groups/cid/documents/webcontent/002970-pdf.pdf
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