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Familiares de las personas privadas de la libertad, le están pidiendo al INPEC que se normalice la atención en salud de sus seres queridos, teniendo en cuenta que se redujo el tiempo de atención de los médicos que pasó de 8 horas a cuatro, haciendo que sea cada vez más difícil que puedan prestarles el servicio a todos.

 

Afirman que es inhumano que los presos no tengan posibilidad de ser atendidos en horas de la noche o los fines de semana en caso que se presente una emergencia, lo que pone en riesgo su integridad física.

 

Indicaron además, que los directivos de la entidad tienen recursos limitados para resolver todos los problemas que presenta el penal, entre ellos las filtraciones que generan que muchas áreas se inunden y los detenidos tengan que dormir más hacinados de lo normal.

 

Consideran que es necesario que se piense en ampliar y readecuar el centro de reclusión, para evitar que sus familiares sigan viviendo en medio de las necesidades, incomodidades y las enfermedades que provocan esa situación.