Jan 13, 2025

Las voces de la niñez, una esperanza para Colombia

  • Nov 26, 2016
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Las voces de la niñez, una esperanza para Colombia

 

Con composiciones inéditas y cantos tradicionales del pacífico surcolombiano, las niñas y niños afrodescendientes cantaron por la paz y por sus municipios.

“Estos espacios para los niñas y niños víctimas del conflicto armado permiten que ellos ocupen el tiempo libre, y es adonde el Estado debe llegar. Esta es la contribución desde los territorios y desde las personas afectados por la guerra que sirven para la construcción de la paz”, expresó Óscar Javier Vargas, director de Asuntos Étnicos de la Unidad para las Víctimas, en el concierto de cierre, que se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá en el Museo Nacional.

El convenio Voces de la Esperanza, que nació a principios del 2015, en Buenaventura, entre Batuta y la Unidad para las Víctimas, en cumplimiento de los autos de la Corte Constitucional, ha luchado por garantizar la pervivencia física y cultural de los niñas, niños y adolescentes del puerto vallecaucano, al buscar alejar a la juventud de las redes de los grupos armados ilegales y del narcotráfico, con programas que han mejorado la salud física y mental de los participantes, a través de la atención psicosocial.

Esta alianza ha tenido tal éxito que en el 2016 se amplió a Tumaco y para el 2017 se pretende extender a Cali y así también resignificar las experiencias difíciles y traumáticas de estas comunidades que han sufrido graves violaciones a los derechos humanos, a partir del restablecimiento de los derechos fundamentales y valores sociales como la dignidad, libertad, equidad, responsabilidad y autonomía.

Otra de las apuestas a partir de estos espacios es la garantía de la pervivencia física y cultural y la transmisión de los saberes ancestrales a los pequeños que hacen parte de este programa, por lo que todas las composiciones se basan en la estructura musical tradicional, las cuales se complementan con elementos musicales de la salsa y raíces del hip hop.

Este tipo de alianzas –afirma María Claudia Parías, presidenta ejecutiva de la Fundación Batuta –, en espacios como los de Tumaco y Buenaventura son una herramienta esencial no sólo para mantener las tradiciones y las raíces culturales de los niños y las niñas, sino que a su vez permite que ellos narren con sus voces lo que les ha sucedido en el marco del conflicto armado y que con el apoyo psicosocial puedan superar estos hechos y retomar sus proyectos de vida.

 

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