Jan 19, 2025

La empresa privada y la paz

  • Sep 12, 2014
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La empresa privada y la paz

Por Fabio Martínez

Hace unos días, la revista ‘Semana’ escogió entre los treinta mejores líderes del país a Maurice Armitage, un empresario caleño que ha comprendido que el objetivo de su empresa no solo es producir riqueza, sino también, como él mismo lo afirma, saberla distribuir. Armitage, junto con sus hijas, Christine y Vivianne, crearon una fundación para intervenir socialmente en Siloé, uno de los barrios emblemáticos de Cali, que ha sido víctima de la exclusión social.

 

Situado en el piedemonte de los farallones de la ciudad, Siloé cuenta con el mejor aire y la mejor vista que ya envidiaría cualquier rico de la ciudad. Pero este privilegio se ha visto contrastado por sus altos índices de pobreza, su bajo nivel de escolaridad, violencia de pandillas y la falta de oportunidades que les garanticen a sus habitantes una buena calidad de vida.

 

Esta situación fue la que vieron el señor Armitage y sus hijas, y a partir de un diálogo con la comunidad crearon una fundación, que invierte unos dos mil millones de pesos al año en programas de educación, cultura y convivencia social.

 

La primera intervención que realizó la familia Armitage fue la campaña ‘Siloé visible’, que, conjuntamente con la comunidad, realizó una renovación urbanística de 4.000 fachadas, con un impacto social y visual sin precedentes en el país.

 

Pintado de blanco, Siloé salió de la invisibilidad en la que estuvo durante décadas y hoy se puede ver como aquel ‘pueblo blanco’ del que hablara Joan Manuel Serrat. Luego, se construyó el parque Mirador y se conformaron la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil, los Tambores de Siloé y Fútbol para la Esperanza, este último proyecto, en alianza con el BID, Coca-Cola Foundation y la Fifa.

 

En un país donde la desigualdad económica y social se ha convertido en una afrenta, la familia Armitage comprendió que la responsabilidad social que tienen los empresarios no es retórica ni debe burlarse de una manera olímpica, como lo hacen muchos empresarios del país.

 

En Colombia ha sido costumbre de la empresa privada sacar y saquear la riqueza del país y luego depositarla en los paraísos fiscales internacionales.

 

La filosofía de Armitage es clara: “En un país donde hay una inequidad tan grande, la única manera es distribuyendo el ingreso. Uno como empresa no puede sentarse a decir: ‘Yo voy a conseguir plata y plata para mí’. El país le ha dado a uno todo. Uno como empresario debe cambiar el esquema”.

 

Esta filosofía del empresario caleño no es nueva en el mundo. En Suecia y Noruega se viene practicando desde hace décadas. Por tal razón, estos países, que padecieron el hambre durante el siglo XIX, hoy son ejemplo de una sociedad estable y equilibrada.

 

En América del Norte jamás se puede construir una empresa en medio de la miseria humana, y los ricos están en la obligación de pagar sus impuestos y contribuir al desarrollo social del país.

 

Ojalá el ejemplo del señor Armitage se multiplicara. El país y la paz lo necesitan.

 

fabiomartinez2002@yahoo.com

 

http://fabiomartinezescritor.blogspot.com

 

Fabio Martínez


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