Después de que salió publicado, Amoldo no volvió a saber de La sangre y la lluvia. Ni siquiera si se vendió o le gustó a alguien. Ni una copia tiene. Hasta cree que se vol­vió una leyenda.  

 

Amoldo Palacios es un es­critor chocoano que desde los 25 años se fue a vivir a París, Francia. Sin embargo, nunca ha dejado de escribir de su tie­rra. "Yo soy casi dogmático en mantener lo que es el Chocó y Colombia en mí''.

 

La novela la publicó hace cincuenta años en la Unión Soviética, porque no encontró como hacerlo en Colombia. Nunca llegó al país. Bueno, solo hasta ahora, que se reedi­tó al encontrarse uno de los ejemplares en la Biblioteca Nacional. "Ese era un libro que yo le había dado a Ger­mán Arciniegas en Varsovia. Ni una coma le cambiaron''.

 

A los 86 años, Amoldo no duda en decir que lo más im­portante de su novela es que hay mucha lluvia y mucha sel­va. No en vano el título.Su inspiración, cuenta, fue el Chocó, "uno de los sitios donde más llueve en el mun­do". Y escogió el 9 de abril para contar gran parte de la historia. "Los personajes que hay ahí y que mucha gente ya me dice que hasta los conoció, son inventados, pero calcados de la vida.

 

Así que es realista en ese sentido". Y aunque parece difícil pensar que alguien que se fue hace 60 años del país, que ha venido unas seis veces desde entonces, escriba sobre Co­lombia, Amoldo sí lo tiene cla­ro: "No ha sido para mí difícil, sino una obligación saber y como yo me he mantenido como colombiano, siempre he podido mantener la diferen­cia, para que no se me mez­clen las cosas.

 

Un personaje mío es del Chocó o de Medellín o de Buenaventura, de Bo­gotá, pero no que sea como un francés, porque yo nunca seré francés para poder penetrar en su alma".

 

Amoldo cuando se fue, se llevó el país adentro. Es todo. Por eso se puede reír tranqui­lo después de cada palabra.