Nov 28, 2024

El 21 de noviembre, día de la civilidad

  • Nov 22, 2019
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El 21 de noviembre, día de la civilidad

 

Por

Jesús Glay Mejía N.

 

La convocatoria al paro nacional tenía como elemento común la protesta por las medidas que pretende tomar el gobierno nacional y la insistencia en mantener el modelo neoliberal. Todos estábamos de acuerdo con la protesta y  el llamado a repensar y retomar un modelo social de economía que garantice la satisfacción y el bienestar social de la población, en un Estado responsable de los derechos, entendidos como derechos sociales, así esta  establecido al menos en el texto de la Constitución Política de1991.

 

El elemento común de vínculo social era el repudio al modelo neoliberal, que ha empobrecido a la población. Es que en una sociedad con los niveles de pobreza, no se puede pretender un modelo sostenible económicamente de seguridad social, el Estado debe implementar un modelo que garantice la cobertura universal y proponerse a un período de tiempo, fortalecer la afiliación de los trabajadores, combatir la evasión del pago de la seguridad social, destinar el impuesto del 4 por mil a garantizar las pensiones de la población mayor de 65 años sin cobertura, a remplazar los programas de atención condiciona por programas que generen ingresos y bienestar y combatir la pobreza para ganar cotizantes, es absurdo pretender un sistema auto sostenido de pensiones en medio de la pobreza, reproduce pobreza.

 

Todos de acuerdo con la protesta, como expresión de la civilidad, del ejercicio político de la ciudadanía y del control político como derecho fundamental e inalienable, todo hasta acá muy bien.

 

Ya en el desarrollo de la protesta, se comenzaron a presentar por grupos pequeños de jóvenes, brotes de violencia irracional, sí, por que no tiene sentido atentar contra los bienes públicos como un semáforo, una estación del MIO o contra la vida de un empleado público, o un negocio que son el fruto del trabajo de gente honesta y su familia, en una acción que no conduce nada positivo y solo a la degradación del Ser que ejecuta el acto, no tiene sentido la destrucción sin propósitos, solo produce barbarie y repudio.

 

Los acontecimientos observados en Cali, deben ser objeto de  reflexión, hay que hacerla en las universidades, en los colegios, en las iglesias, una oportunidad para el señor arzobispo de Cali, su palabra puede llegar al seno de la sociedad, de la familia, de las instituciones.

 

Se puede contra argumentar que son sectores en estado de extrema pobreza que han sido motivados por su condición, no, la conducta observada en circunstancias sociales demuestra otros comportamientos, impulsos de barbarie y destrucción, motivados por las circunstancias del momento, por la oportunidad de destruir.

 

Bienvenida la protesta social, la voz de los oprimidos, la toma de conciencia, aquella que muchos trabajamos por los años 60 y 70, bajo la orientación de las metodologías de la educación liberadora de Paulo Freire, lo que no puede argumentarse a partir de las mentes críticas es el daño y la destrucción.

 

La crisis, no justifica la violencia y la barbarie.

 

 

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