Foto: www.un.org/es/events/cancerday/
Tomando como coyuntura la conmemoración del Día Mundial de la lucha contra el Cáncer el 4 de febrero; pacientes, cuidadores y sociedades médicas hacen un llamado para reducir las brechas existentes en las conversaciones frente al cáncer en el país.
Los profesionales de la salud así como las entidades oficiales y privadas del sector se enfrentan a nuevos desafíos, para atender las necesidades de los pacientes con cáncer, pues estos constituyen un reto de equidad y acceso a una atención oportuna y tratamientos que permitan mejorar su calidad de vida.
En el caso de las mujeres, el cáncer de mama es más frecuente y es una de las principales causas de muerte en Latinoamérica; conocer y aprender sobre esta enfermedad, puede cambiar la calidad de vida de las pacientes.[1] Atención médica oportuna; acceso a tratamientos y sobretodo, acompañamiento psicológico, social y familiar; resultan una prioridad para apoyar a la población femenina afectada.
Para Alejandra Toro, de la Red de Apoyo Social de Antioquia, RASA, el diagnóstico oportuno del cáncer y su tratamiento representa un derecho igual para cualquier paciente. “Desde la fundación hacemos un llamado para que las instituciones, los profesionales de la salud, los pacientes y las familias, luchemos por demostrar la importancia de la equidad e igualdad en la atención a los pacientes con cáncer en el país”. “La equidad puede representar la diferencia en calidad de vida e incluso en conservarla”.
Hoy leemos dos historias con el mismo actor principal, el cáncer, pero con dos procesos abismalmente diferentes. Nuestro primer relato es de Claudia Camacho, profesional en filosofía y letras, amante de la lectura y una enamorada de la vida. “En el 2014 fui diagnosticada con cáncer de seno ductal infiltrante con metástasis en ganglios, una noticia que me cayó como un balde de agua fría”, cuenta Claudia.
“Para ese entonces tenía 45 años y como un milagro de la vida tuve atención médica muy rápida desde el día en que me hice la mamografía en donde se sospechó que tenía cáncer”. “A partir de ese momento hasta el inicio de la quimioterapia pasaron 3 semanas, en ese lapso me pusieron un catéter y me realizaron exámenes complementarios”.
“Nunca me pusieron obstáculos para aprobar cualquier requerimiento que tuve en el transcurso de la enfermedad. Además de la quimioterapia me hicieron mastectomía radical de seno derecho; afortunadamente tuve el apoyo de mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo que siempre fueron comprensivos con mi situación, sin dudarlo soy una mujer muy afortunada”.
La otra cara del cáncer
Patricia Gómez, durante 3 años notó un bulto en su seno, pero en diversas consultas los médicos le dijeron que era un ganglio, nada para alarmarse. Finalmente en el 2007 una médica general le prestó atención suficiente y se dio cuenta que el asunto ameritaba urgencia, la misma profesional se encargó de conseguirle una orden para un examen especializado y pocos días después se confirmó que tenía un cáncer de seno en estadio IIIB.
El médico de la unidad oncológica del Hospital San Ignacio le dijo que su pronóstico era complejo, entonces, esta docente de profesión decidió ser parte del grupo de sobrevivientes. “para el momento del diagnóstico tenía 40 años, una hija de 18 años que estaba soltera y embarazada y un hijo de 11, que apenas dimensionaba lo que era el cáncer; esas razones eran suficientes motivos de inspiración para emprender la batalla”.
Desde el momento del diagnóstico se hizo la firme promesa de no llorar y le pidió a Dios en la Iglesia de San Diego, en el centro de Bogotá, que le diera fuerzas. Patricia considera que los médicos y todos los actores del sistema de salud juegan un papel fundamental para cerrar las brechas de acceso y equidad en el tratamiento y diagnóstico del cáncer en el país.
Ella tuvo mastectomía radical de seno, 33 sesiones de radioterapia y 7 infusiones de una fuerte quimioterapia. “Tuve que acudir a instancias legales para acceder a los tratamientos en una sola institución médica así como para acceder al implante mamario”.
Para Patricia el apoyo de su familia y amigos fue vital en este tiempo, pues necesitó ayuda económica para solventar gastos de alimentación y otras necesidades básicas. Comenta que le resultaba complicado reclamar los medicamentos, pues tenía que ir varias veces a la EPS para lograrlo.
Sin embargo, siente que su experiencia con la enfermedad la ha fortalecido y agradece a la vida por haber ganado esta batalla. Cree que su misión se enfoca en apoyar a otras pacientes para que luchen por su salud.
“Ser cabeza de familia y emprender estos desafíos no resulta nada fácil, fueron años complejos y desde entonces permanezco en seguimiento constante para identificar cualquier anomalía que se pueda volver a presentar”. “Ojala nuestro sistema de salud abra más caminos para que los pacientes con cáncer tengan menos obstáculos para luchar por vivir dignamente, cuando sean diagnosticados con este tipo de enfermedades catastróficas”, puntualizó Patricia.
Más del 60 % de casos de cáncer en el mundo, se diagnostican en América Latina, Asia y África[2]. Sin embargo, la detección temprana, así como elevar los diálogos de enseñanza sobre el cáncer, llegan a incidir en los resultados positivos en la lucha contra esta enfermedad.
[1] Justo N, Wilking N, Jonsson B, Luciani S, Cazap E. A review of breast cancer care and outcomes in Latin America. The Oncologist 2013; 18:248-256.
[2] Organización de Naciones Unidas, ONU. Día Mundial contra el Cáncer. 2016. Portada. Tema del 2016 << Nosotros podemos, yo puedo>> Disponible en: http//www.un.org/es/events/cancerday/
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