Nov 13, 2024

4 de febrero, Día Mundial de la lucha contra el Cáncer

  • Feb 04, 2013
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El cáncer renal ya no es una sentencia de muerte inmediata. Desarrollos científicos en la última década han permitido que los pacientes con esta enfermedad no solo tengan más opciones de tratamiento, sino que, además, puedan tener la esperanza de una sobrevida mayor  a dos años.

 

Las nuevas terapias han cambiado positivamente el curso de esta terrible enfermedad y representan un importante avance. Con las drogas empleadas hasta 2005, los pacientes pasaban solo cinco meses sin que sus tumores progresaran y la supervivencia total rondaba los 14 meses, aproximadamente.

 

“En los últimos 8 años se han desarrollado nuevas terapias completamente diferentes que han logrado que estos pacientes tengan un control de su enfermedad por más tiempo, con una mayor supervivencia y una mejor calidad de vida –afirma el médico oncólogo clínico Mauricio Luján–. Hoy, la supervivencia libre de progresión alcanza los 11 meses y los individuos viven más de dos años”.

 

 

Las dificultades del pasado

 

En décadas anteriores, la nefrectomía radical (extracción total del riñón) era la principal solución a la enfermedad. El procedimiento, ideado en los años sesenta, era sumamente invasivo y generaba muchas complicaciones porque, aparte del riñón, implicaba extraer la grasa circundante, la glándula suprarrenal y los ganglios linfáticos de esa zona del cuerpo[1]. Con ello se pretendía eliminar la posibilidad de que el tumor reapareciera en cualquiera de estos órganos.

 

En ciertos casos a los pacientes se les administraban medicamentos que, a través de una modificación en la respuesta inmune, lograban controlar el crecimiento del tumor en algunos pacientes. Estas terapias eran muy tóxicas y los resultados no eran completamente satisfactorios.

 

De hecho, en 1989, el médico Alan Yagoda, uno de los grandes expertos en cáncer del mundo, presentó un estudio en el que repasaba la efectividad de 36 medicamentos usados en 1.900 individuos entre 1983 y 1988, y su conclusión fue muy poco alentadora: la efectividad de los fármacos oscilaba entre el 5% y el 10%[2].  Es decir, más del 90% de los pacientes no tenían expectativas de recuperarse.

 

Cuatro años después había nuevos tratamientos en el mercado pero los pronósticos seguían siendo pesimistas. En una investigación publicada en 2003 en la revista de la Sociedad Colombiana de Urología, los autores precisan que los medicamentos empleados en ese momento tenían una eficacia de entre el 6% y el 30%, y los pacientes vivían un promedio de 11,6 meses luego de que se realizaba el diagnóstico de la enfermedad[3].

 

Nuevas esperanzas

 

El curso de la enfermedad cambio radicalmente a partir de 2005, cuando el oncólogo estadounidense Robert J. Motzer presentó los resultados de un estudio con la primera terapia personalizada para pacientes con cáncer renal.

 

Los científicos que trabajaron en ese proyecto se dieron cuenta de que era casi imposible eliminar directamente las células tumorales de los riñones. Así que idearon un grupo de medicamentos que tienen la capacidad de interferir en los procesos de reproducción y diseminación de esas células empleando mecanismos alternativos. Uno de ellos es impedir la formación de los vasos sanguíneos que proporcionan alimento y oxígeno a las células tumorales, y provocan que éstas mueran de inanición[4].

 

Aunque estos medicamentos de última tecnología aún provocan algunos efectos secundarios, son mucho más tolerables que los usados en el pasado. Además, la administración es más sencilla en la mayoría por vía oral. Por ello, en la actualidad constituyen la primera línea terapéutica para las personas que desarrollan cáncer renal metastásico (tumor que se ha extendido a otros órganos) y representan una esperanza para los más de 800 colombianos y 270.000 individuos del mundo que cada año reciben el diagnóstico de la enfermedad[5]. Sobre todo porque, debido a la ausencia de síntomas durante los primeros estadios, suele descubrirse de forma incidental cuando ya el tumor se encuentra en una etapa avanzada.

 

En efecto, tras la aparición de las primeras terapias realmente efectivas, en el curso de la década han seguido apareciendo nuevas opciones. El año pasado, la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos, aprobó un nuevo compuesto para aquellos casos en que falla la terapia inicial. El producto estará disponible este año en Colombia.

 

Por eso el oncólogo Mauricio Luján reconoce: “El cáncer renal ha dejado de ser el patito feo de la oncología. Hace algunos años existían pocas alternativas de tratamiento. Cuando el paciente recibía un tratamiento inicial y este dejaba de funcionar o era mal tolerado, no había grandes opciones de manejo para controlar el crecimiento tumoral”.

 

De hecho, los expertos consideran que el tratamiento del cáncer de riñón es uno de los que ha logrado mayores avances en la última década, solo comparable frente a los adelantos en seno, colon y algunos sarcomas.

 

 

[1] Ídem.

 

[2] Yagoda A, Bander NH: Failure of Cytotoxic Chemotherapy, 1983–1988, and the Emerging Role of Monoclonal Antibodies for Renal Cancer. Urol Int 1989;44:338-345 (DOI: 10.1159/000281537)

 

[3] Latiff, Alfonso; Gómez, Felipe y otros. “Carcinoma renal”. Revista Urología Colombiana. Sociedad Colombiana de Urología, volumen XII, diciembre de 2003. pp- 155-163.

 

[4] “Terapias dirigidas contra el cáncer”. National Cancer Institute. Artículo disponible en:  http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/tratamiento/terapias-dirigidas

 

[5] International Agency for Research on Cancer. Globocan 2008. Reporte disponible en: http://globocan.iarc.fr/factsheet.asp

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