Hacia un grupo residual del frente 30 de las Farc, con nexos con el narcotráfico, está dirigida la arremetida de la fuerza pública y las investigaciones por el secuestro de cuatro personas en el sector de Naya, en límites entre Cauca y Valle del Cauca, tres de los cuales hacen parte de una familia.

 

Así lo confirmaron la gobernadora Dilian Francisca Toro y los mandos militares al término de una reunión de seguridad que evaluó las acciones que vienen adelantando el Ejército, Armada, Policía y Fiscalía.

 

“Lo que tenemos claro es que esto es producto de un grupo residual del frente 30 de las Farc que están realizando actividades ilícitas en esa zona y se ve afectada la comunidad”, dijo la mandataria, al tiempo que destacó que se realizan las investigaciones pertinentes por parte de la Fiscalía, organismos de inteligencia, Armada nacional, Ejército y Policía, “trabajan para definir qué ha pasado con ellos, y van a hacer todos los operativos que tengan que hacerse para devolverlos a su comunidad”.

 

El director Seccional de Fiscalías, Álvaro Jesús Duque Orjuela, dijo que se cuenta con entrevistas y algunos apodos de personas que podrían estar vinculadas a la desaparición de esas personas, “estamos indagando también sobre las matrículas de las lanchas en las cuales se han cometido esos ilícitos y muy prontamente estaremos dando resultados de esas investigaciones”.

 

El Vicealmirante Orlando Romero Reyes, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, quien destacó el apoyo de la Gobernadora del Valle al autorizar el pago de una recompensa de 25 millones de pesos por información en este caso, precisó sobre la operación ‘Atalanta’, que se trata de un grupo residual al mando de los alias ‘Yair el loco’, ‘Chumbi’ y ‘Magoo’.

 

“Estamos trabajando coordinadamente con unidades en Puerto Merizalde en toda la región del Naya y estamos cumpliendo con las medidas cautelares que estaban dispuestas desde el 2002 y en el 2012”, dijo el oficial.

 

Además, destacó el Vicealmirante Romero Reyes, “la presencia de unidades en la boca del río Naya para establecer un sistema de comunicaciones con la población civil, para la creación de una red de aliados, que trabaja fuertemente en el desarrollo de operativos que permitan cerrar todos los corredores y posibles salidas hacia el Yurumanguí o López de Micay”.