Oct 05, 2024

La marimba prodigiosa de Hugo Candelario

  • Sep 30, 2013
  • Sep 30, 2013
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Por Fabio Martínez

En los años setenta, la palabra ‘marimbero’ se refería a los cultivadores de la cannabis sativa, yerba sicoactiva que en su dosis personal, y para decirlo en pocas palabras, es cosa legal para el espíritu humano. Pero hoy no voy a hablar de yerbas. Eso se lo dejo a Celia Cruz, que en paz descanse. Voy a hablar de música; de la marimba de chonta que se toca a lo largo del Pacífico, desde Punta Ardita, en la frontera con Panamá hasta Esmeraldas, en Ecuador. Voy a referirme a la marimba prodigiosa que interpreta Hugo Candelario González.

 

Hugo nació el 12 de febrero de 1967, una noche en que ardía literalmente el pueblo de Guapi. De allí que el médico que atendió a su madre en el parto le haya sugerido bautizarlo con el segundo nombre de Candelario.

 

Sus padres, Esteban González y Aura Elena Sevillano, nacidos en Barbacoas, Nariño, eran vendedores de artesanías e instrumentos musicales; un día decidieron instalarse en Guapi, Cauca.

 

Hugo Candelario nació entre guitarras, marimbas, flautas, cununos y guasás escuchando, desde su infancia, arrullos, aguabajos, bundes y currulaos.

 

Guapi es un pueblo literario y musical por naturaleza. Allí nació Enrique Cabezas Rher, el autor de la novela ‘Miro tu lindo cielo y quedo aliviado’; allí nació el poeta Hernando Revelo, autor del libro ‘Naufragios’; de allí es la familia Torres, quienes han llevado la marimba a los principales escenarios del mundo; de allí son las Cantadoras del Pacífico, quienes cada nochebuena interpretan los melancólicos espirituales del Pacífico.

 

La marimba prodigiosa de Hugo Candelario

Hugo Candelario durante el homenaje en el Festival Petronio Álvarez

 

Los primeros maestros de Candelario fueron los folcloristas Samuel Caicedo y Oliva Arboleda; su primer maestro de marimba fue José Antonio ‘Gualajo’ Torres.

 

A los doce años, la familia González Sevillano decidió trasladarse a Bogotá. Allí, el autor de ‘Cantaré’ termina su bachillerato en el colegio distrital Juan Bautista del Corral, pero no pierde el contacto musical con su pueblo. Luego se va vivir a Cali, donde cursa estudios musicales en el Conservatorio Antonio María Valencia, el Instituto Popular de Cultura y la Escuela de Música de la Universidad del Valle. Pero al igual que muchos músicos de la ciudad y el país, Hugo Candelario es asiduo visitante de la Taberna Latina de Gary Domínguez, lugar donde se afina el oído y se regula el ritmo.

 

La formación académica y bohemia le permite articular la música folclórica con las corrientes musicales urbanas del momento. De esta manera, el músico guapireño comienza a experimentar con el currulao y el son cubano; el aguabajo y el ‘jazz’ latino; el bunde y la salsa de Puerto Rico. Incluso, con directores musicales como Francisco Zumaqué y Paul Dury viste el currulao de esmoquin y corbatín, sacudiendo a las viejas orquestas sinfónicas que se quedaron rezagadas en el siglo antepasado.

 

Hugo Candelario prepara hoy su último CD en los Estudios de Jairo Varela, bajo la producción musical del jazzista Jaime Henao. En este último disco hay que destacar melodías como ‘Siempre te esperé’, ‘La negra me entundó’ y ‘Ya se liberó’.

 

El XVII Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez le rindió un justo homenaje.