Jul 01, 2024

La firma de la paz es histórica

  • Sep 30, 2016
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La firma de la paz es históricaPor Fabio Martínez

 

Sabemos que la firma de la paz con la guerrilla no es perfecta ni será la única que firmemos los colombianos. Vivimos en un país muy complejo.

 

A pocos días del plebiscito, la euforia por la paz en Colombia es una ola que va creciendo en el país y el mundo. Así lo demuestran las manifestaciones de miles de colombianos que, por medio de marchas, congresos, declaraciones escritas y en las redes sociales, apoyan irrestrictamente el fin de la guerra.

 

También lo confirma la reciente asamblea de la ONU, donde los países del hemisferio reiteraron su apoyo incondicional a la paz.

 

No es para menos. La Nación y el mundo comprenden que la firma del acuerdo de paz con las Farc significa el fin de una guerra que ha postrado al país por más de 50 años.

 

Hoy, la violencia es una pandemia que amenaza a naciones, pueblos y etnias. Por esto, la firma de la paz con la guerrilla es el hecho histórico más importante que hemos tenido los colombianos durante los últimos 50 años.

 

Esto lo comprenden los ocho millones de víctimas que vivieron en carne propia el flagelo de la guerra. Porque no quieren que el sufrimiento que ellas padecieron se repita con sus hijos y nietos.

 

Quizás algunos colombianos de bien no comprenden el significado histórico que implica el fin de la guerra con las Farc, pero a medida que pase el tiempo se darán cuenta de las bondades que representa el hecho de que 8.000 hombres y mujeres se desmovilicen y entreguen sus armas.

 

Sabemos que la firma de la paz con la guerrilla no es perfecta ni será la única que firmemos los colombianos. Vivimos en un país muy complejo. Es cierto que falta sentarse con el ELN, con las bandas criminales y con los corruptos de cuello blanco, que son las otras tres aristas que constituyen el mapa de la violencia en el país.

 

Por esto, la firma del acuerdo con las Farc hay que verla como el inicio del gran desafío que tenemos todos los colombianos hacia el futuro.

 

La guerra solo engendra odio y venganza. La guerra nos polarizó dejando grandes heridas en nuestros corazones. No dejemos que la guerra se nos convierta en una costumbre cotidiana.

 

La alegría por la paz debe ser el espacio donde los colombianos volvamos a reconocernos, perdonarnos y reconciliarnos.

 

El próximo 2 de octubre votaré con orgullo: ¡sí apoyo la paz!

 

 

Fabio Martínez

www.fabiomartinezescritor.com