“Yo duermo, sueño y despierto cantando” así, de forma contundente pero sencilla, la Maestra califica su amor por la música del Pacífico.
Su música, sus letras, sus composiciones y cada enseñanza que imparte en la vida, asegura esta mujer de 79 años de edad, es un regalo de Dios, es una promesa que mantendrá hasta que el todo poderoso le de vida y energía, para seguir cantando y ayudando a través de los semilleros a que la música y sonoridades del Pacífico sigan vivas entre las generaciones.
Es oriunda dela vereda Rio Tapaje, del Municipio El Charco Nariño, peros su raíces musicales las vino a sembrar en Buenaventura, municipio del Valle del Cauca a donde llego a sus apenas 5 años de edad.
“Hay un Dios que lo guía a uno y todo me llega a través del Espíritu Santo, que me ayuda para poder transformar los versos, las canciones y transmitir todo lo que nos dejaron nuestros ancestro” asegura con voz firme y mirando al cielo como buscando inspiración, la Maestra Julia.
Su rostro refleja el paso de los años, su blanco cabello la madurez y su voz el conocimiento pleno de los sonidos y ritmos del pacifico. Su me memoria ya no le alcanza para saber con certeza cuantos temas musicales ha creado, pero si recuerda claramente como hace 35 años inicio su carrera musical, “mi padre era músico y mi madre una gran cantaora, pero nunca me llevaron a las fiestas porque a mí me tocaba cuidar a mis hermanos, y sin haber cantado con mi mamá, yo empecé a cantar de un libro de arrullos de mi mamá, con las mismas tonalidades, eso es un milagro de Dios” apunta con voz firme la reconocida maestra.
En su mesita de noche no puede faltar un pequeño cuaderno y un lápiz, porque según ella la inspiración llega con el ocaso o con el amanecer“ una vez me acosté diciendo: Yo quiero cantarle a Dios, y como a las 6 de la mañana desperté y escribí: yo quiero cantarle a Dios y también a mi región, algo que sale del alma y también del corazón, son dos cosas muy hermosas que me llenan de emoción, de ver la naturaleza y este hermoso folclor, en el Rio Tapaje, allí donde yo nací, aprendí a cantar la Juga, el bunde y el currulao, cuando repica la marimba, el bombo y el guasa, el cuerpo se me estremece y yo me pongo a Bailar”.
En sus canciones relata las historias de sus abuelos, conversaciones de santos, tragedias y los acontecimientos alegres y tristes de su pueblo., desde hace 35 años se dedicó a cantar las novenas decembrinas de manera tradicional, acompañada con cantos, grupos folclóricos y los feligreses de siete parroquias.
“yo me he dedicado a no dejar morir la tradición de nuestros ancestros, y sobre todo la tradición de los alabaos, hay mucha gente de nuestras veredas que les da pena de decir de donde vienen y a uno no le debe dar pena” cuenta la maestra Julia como resaltando la labor que hace con jóvenes a través de su Fundación Ruiseñores del Pacífico.
A través de la música la maestra Estrada, les ha enseñado a cientos de niños de Buenaventura no solo a amar la música tradicional del Pacífico, sino a acercarse a Dios y alejarse de los malos caminos.
Fuente: Festival Petronio Álvarez
