Sep 20, 2024

El postconflicto (1 parte)

  • Dic 05, 2015
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El postconflicto (1 parte)

Foto: colombia-inn.com.co

 

Confiando en la firma del acuerdo de Paz con las FARC para el primer semestre del 2016 y también que se logre con el ELN, sigue la tarea más importante como es que en el país se tomen las medidas y reformas necesarias para aclimatar la Paz. La firma de los acuerdos es sólo el comienzo de un proceso que debe propiciar los cambios sobre algunos asuntos, muchos de ellos con orígenes en la historia como es el conflicto por la tierra, la desigualdad social, la concentración de la riqueza, el abandono del campo y la inequidad social, no menos importante es erradicar del comportamiento político el clientelismo y la corrupción que son hoy los principales factores que acentúan la pobreza, el atraso y la violencia, pues significa entre otros desviar los recursos públicos destinados para atender las necesidades de la población.

 

De nada sirve lograr el acuerdo si no se toman medidas que garanticen un país con una verdadera democracia social, de continuar presentes las causas de los conflictos sociales y políticos, no tardarían en surgir nuevos brotes de violencia en el país.

 

Otro elemento que está en la base del comportamiento, es la intolerancia y las violaciones constantes a los derechos humanos, ya sea desde los agentes del Estado o desde la población, lo que significa trabajar por una cultura de la tolerancia y respeto por los derechos humanos, así como una ética de valoración de lo público y las reformas políticas y sociales que sienten una nueva forma de relación en la convivencia y la cohesión social.

 

Gran parte de los puntos contemplados en el acuerdo no necesitaban 60 años de violencia, si desde la misma era republicana se hubieran tenido en cuenta y puesto en práctica el ejercicio de una democracia real, es el caso del abandono del campo, el desarrollo rural integrado, el acceso a la propiedad de la tierra y justicia para todos.

 

Primero los niños y las niñas

 

Construir el nuevo país se inicia por la prelación y atención a los niños y niñas, garantizarles igualdad de oportunidades como es la educación y la salud. El Estado debe implementar una política pública de atención integral a la infancia que comprenda el desarrollo físico, emocional y cognoscitivo como base del desarrollo del Ser y su integración en la sociedad. Los niños y niñas primero, en los primeros cinco años se crean las condiciones básicas para el conocimiento, su integración y participación en la sociedad, igual de importante en esta misma perspectiva es la atención a la madre en el período del embarazo y su capacitación para atender al recién nacido. Como lo he señalado en artículos anteriores si queremos cambiar el país hay que comenzar por los niños que nacen hoy y en 25 años seguramente contaremos con el capital humano que se encargara de ese nuevo país.

 

Inclusión social

 

En esta etapa del post conflicto se debe formular una política pública de inclusión social que contemple los grupos sociales y étnicos en condiciones de atraso y exclusión a causa de las condiciones estructurales, entre ellos los afrocolombianos, los indígenas, los campesinos pobres, la mujer y otros grupos, así como a los habitantes de las regiones más pobres como la Guajira y el Pacífico.

 

Educación de calidad para todos

 

La educación en todos sus niveles debe garantizar el acceso de los pobres en igualdad de condiciones con los sectores de más altos ingresos, la calidad de la educación debe ser también para la educación pública, sustrayéndola entre otros de los factores de corrupción como sucede en el país con la denominada educación contratada desde las administraciones municipales, lo que no deja de ser un delito de lesa humanidad, pues se atenta contra el recurso más valioso de la sociedad, los niños y las niñas. Al sector educativo le corresponde, desde la atención a los niños hasta la universidad, trabajar en la construcción de ese nuevo sujeto social y contribuir a crear el capital social y humano como los activos más valiosos de esta nueva realidad.

 

Cambio de la mentalidad de las organizaciones del Estado

 

Cual es el papel de los diferentes actores. Es responsabilidad del conjunto de la sociedad liderada por el Estado, su aparato administrativo y las instituciones sociales, no es un problema de formular acciones y programas para entrar en la “onda”, va más allá, comienza por el cambio al interior de los diferentes actores como es revisar las prácticas de la gestión de las organizaciones, requiere de implementar una gerencia social comprometida con nuevas formas de desarrollar los programas en beneficio de los pobres, de combatir la inequidad y del fortalecimiento de la democracia. Sólo cuando las organizaciones responsables de la política pública se revisen e internalicen una nueva forma de concebir su papel y su responsabilidad, es posible ahora sí hablar de la formulación de programas para el post conflicto, de lo contrario es correr el riesgo de implementar programas para estar en la “onda”. Ahora todos hablan del postconflicto.

 

La familia

 

Tan importante como la educación es la institución de la familia en donde se enseñan los valores de respeto por el otro, la responsabilidad y el cumplimiento de las tareas cotidianas, el sentido del emprendimiento y la motivación al logro, el diálogo y la convivencia a partir del respeto por el otro. Allí tendrá que trabajar la sociedad fortaleciendo la familia, la buena nutrición, el empleo digno, el buen trato a los hijos. En la familia se forma a partir del ejemplo y el diálogo.

 

Sociedad y partidos políticos

 

Se requiere en este proceso de la reconstrucción del tejido social, iniciando por la organización de la sociedad civil en los partidos políticos basados en planteamientos ideólogos y propuestas de orientación política y de gobierno, con una organización fundada en la militancia disciplinada de los y las ciudadanas, con una estructura organizativa democrática y control de la sociedad, responsables de quienes los representen en el desempeño de los cargos políticos en la administración pública.

 

Tarea de largo plazo

 

La tarea de generar esta nueva cultura de la paz es ardua y a largo plazo requiere de constancia y convencimiento, solo así se podrá aclimatar la paz y hablar de una sociedad basada en la convivencia, la tolerancia y el respeto a la vida.

 

Por:

Jesús Glay Mejía N.

Profesor Titular Jubilado

Universidad del Valle

 

Cali, diciembre 6 de 2015