Desesperados se encuentran los moradores de los diferentes barrios de la ciudad, debido a los altos decibeles que manejan vecinos o establecimientos públicos que funcionan en medio de los sectores, lo que se vio multiplicado el pasado fin de semana durante la celebración del día del padre.

 

Afirman los quejosos que la situación es insostenible, porque en muchas ocasiones llamaron al 123 y no les dieron ningún tipo de respuesta al requerimiento de la presencia de uniformados en las zonas donde se estaba presentando el ruido excesivo.

 

“Es inconcebible que uno no pueda dormir a ninguna hora porque siempre el vecino tiene su equipo de sonido encendido a todo volumen, sin importarle la tranquilidad de las demás personas”, dijo Carlina Mosquera, residente en el barrio La Independencia.

 

Considera la afectada, al igual que otros ciudadanos que esperan una vez termine el me de junio, comiencen las sanciones monetarias del nuevo Código de Policía, que contempla multas para quienes realizan este tipo de actividades que alteran el orden público por los enfrentamientos que se presentan entre vecinos.