Por Jesús Glay Mejía N.

 

Hernán Ulpiano Rodríguez Hurtado, fue un porteño genuino, vivió su tierra, la disfrutó, conocía su pasado, se atrevía a plantear el futuro, esto lo distinguió en su vida pública como líder político y social, opinaba y polemizaba, estaba convencido que era posible una Buenaventura con desarrollo urbano y social, que podía mejorar la calidad de vida de sus gentes, sus coterráneos. Esta motivación lo distinguió, así era percibido en la ciudad.

 

Apacible, de caminar lento, hábil observador, recorría sus calles, parecía que indagaba que era lo nuevo en el amanecer de cada día, buscaba sorprenderse, por eso lo hacía acercándose al mar, el mismo que fue su cómplice, que consultaba, que al mirar buscaba los oráculos que desde el horizonte lo aconsejaban.

 

Hernán Ulpiano Rodríguez Hurtado (QEPD)

 

Lo conocí cuando yo era aún un niño, de joven fue mi vecino, en mi adultez el amigo que con sigilo y respeto se acercaba para con sus sabias palabras emitir un concepto u opinión, que encerraban la riqueza de sus observaciones y el talante de un viejo lobo de mar.

 

Hoy, lo despedimos, advirtiéndole que su recuerdo perdurará en el terruño.

 

El Pacífico. Febrero 2018